Futuros Consagrados
¿SEÑOR QUE QUIERES DE MI?
Esta es la pregunta que da sentido a la labor que realizamos desde el grupo de futuros consagrados. Es el motor de todo este proceso. Una apertura a los designios de Dios, a lo que me pueda pedir en cada momento y una apertura a los hermanos y a lo que de Dios puedan tener para mí.
Desde el descubrimiento que Dios tiene un plan en mi vida y que mi felicidad plena esta en descubridlo y llevarlo a cabo, se inicia un proceso de discernimiento vocacional en el que, siempre, a la luz del evangelio, los textos que nos brinda la Iglesia, y la espiritualidad propia del M.A.C., pretendemos descubrir qué quiere Dios de cada uno de nosotros.
La comisión de Futuros Consagrados agrupa a todos aquellos que se plantean seriamente la llamada a consagrar sus vidas a Dios y su Iglesia a través del Movimiento de Acción Cristiana, aceptando sus fines y carisma como propios.
De entre los miembros de los equipos y comunidades se inicia el discernimiento con el acompañamiento necesario para llevar a acabo una formación intelectual (conceptos fundamentales de teología, catecismo y documentos de la Iglesia) y otro de carácter espiritual (Espiritualidad y carisma M.A.C.). A esto se une una profundización en la vivencia evangélica como cristianos insertos en el mundo y al servicio del necesitado, al mismo tiempo que una implicación apostólica directa en las diversas realidades que así lo precisen.
“Una vez finalizado el tiempo de prueba y formación satisfactoriamente, toda persona que quiera vincularse al M.A.C como consagrado tendrá unos compromisos que serán sus referencias de vida, y cuyo cumplimiento prometerá públicamente:
1.Luchar y ser fiel a Jesucristo, su Iglesia y su Magisterio.
2.Luchar y ser fiel a los principios y fines del Movimiento de Acción Cristiana, aceptando las directrices y la autoridad de los Responsables del mismo.
3.Luchar y ser corresponsable de la marcha del Movimiento con dedicación y entrega total, sintiéndolo como algo propio de por vida y amándolo con todas sus posibilidades y limitaciones, virtudes y defectos.
4.Amar a Jesús desde el silencio de la oración y la vida de sacramentos.
5.Vivir la fe, en una comunidad de fe del Mac.
6.Vivir una vida pobre y sencilla, inserto en el mundo laboral, inculturándome en el lugar donde me encuentre y siendo coherente con el pueblo al que he sido enviado, siendo en todo caso y circunstancia levadura en la masa. Ser apóstol, y desprenderme de todo lo que no es necesario.
7.Luchar por la liberación integral del hombre optando por los niños y los jóvenes más pobres, dándoles alternativas más humanas que hagan más comprensible el Evangelio.
8.Aceptar vivir todo esto allí donde el Señor nos envíe por medio del Movimiento.”
Estatutos M.A.C., Art 13.