Mensaje de Don Bosco al Movimiento

don-boscoQueridos hermanos del MAC:


Aprovecho la ocasión de que os habéis reunidos en la celebración de mi día para dirigirme a ustedes.


¿Os gusta como está el mundo?
¿Os gusta lo que veis todos los días en los telediarios?
¿Qué os parece como están los niños y los jóvenes?
¿Qué futuro les estáis preparando a todos ellos y a vuestros hijos?


En mis tiempos no me gustaba como estaba el mundo. No aceptaba la situación en la que se encontraba la juventud. Y gracias a Dios me puse manos a la obra.

 


Ustedes me tenéis como patrón. Muchas gracias. Pero tenerme como tal, o como inspirador, no significa que sea una pieza de museo, o que mi vida os sirva de recuerdo o para dar una clase de historia.
Como sabéis soy santo ( por la gracia de Dios, todo sea dicho). Estoy en comunión con vosotros y ustedes conmigo. Por lo tanto seguimos en la brecha. No podemos cruzarnos de brazos ante la situación actual. Mucha gente nos necesita.
No podemos dejar a los jóvenes abandonados a su suerte porque nadie los atiende.

 


¿Queréis que el mundo cambie?
¿Queréis que el futuro sea mejor para todos?


Pues haced lo que dice el evangelio: "Salió el sembrador a sembrar..." (Lc 8,5)
Sembrad cosas buenas en el corazón de los niños y de los jóvenes y la cosecha de un mundo y de un futuro mejor será posible.
¿Por qué?
Porque los jóvenes son el futuro de la sociedad.

"No os engañéis; de Dios nadie se burla; lo que cada uno siembra eso cosechará... No nos cansemos de hacer el bien, porque si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos." (Gal 6, 7.9)
No os engañéis. No os canséis de hacer el bien. Y no hay mayor bien posible de hacer que sembrar a Cristo en el corazón de los niños y jóvenes. Es la tarea más bonita que existe y la más revolucionaria.
Si queremos que haya paz en el mundo hay que sembrar paz en los corazones de los jóvenes. Si no sembramos no cosecharemos. Así de claro.
Si queremos que la gente se respete, se ayuden mutuamente y busquen el bien común por encima de los intereses personales tenemos que sembrar todo eso en los corazones de nuestros niños y jóvenes. Por arte de magia no se consigue.
Mi buen amigo D. Manuel González (que por cierto me he enterao de que también lo tenéis por inspirador) me lo decía el otro día en el cielo: "El que quiera cosechar trigo, que siembre trigo; el que manzanas, manzanas; el que aspire a obtener a Cristo en las almas, que siembre a Cristo; y el que recoja tempestades de dejadez, falta de entrega, y aburrimientos o amargamientos de las cosas de Dios, esté seguro de que sembró vientos... "
"Tened esto presente: el que siembra con miseria, miseria cosecha; el que siembra generosamente, generosamente cosecha. Que cada uno dé según su conciencia, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al que da con alegría." (2 Cor 9,6-7)
Queridos hermanos del Movimiento de Acción Cristiana, los jóvenes tienen verdadera necesidad de una mano amiga que se cuide de ellos, los guíe por el camino de la virtud y los aparte del vicio. No dejadlos abandonados porque dejaréis el mundo correr.
Sé que son tiempos difíciles. Pero a mí que me vais a contar. Haced lo que yo hice en su momento y me fue muy bien:
Mirad a Cristo. Él es siempre nuestro maestro, nuestro guía, nuestro modelo.
Y querer, querer mucho a los niños y a los jóvenes. Estoy seguro que encontraréis personas más santas que yo. No tengo la menor duda de que encontraréis libros mejores donde se expliquen todas estas cosas mejor de lo que puedo hacerlo yo.
Pero de lo que también estoy seguro es que no encontraréis a nadie que quiera a la juventud tanto como yo. Ese es mi secreto.
Podéis hacer muchas cosas pero si no los queréis de nada sirve.
"Si no tengo amor de nada me sirve." (1 Cor 13,3)
En su momento decidí que hasta mi último aliento sería para los jóvenes. Y lo cumplí.
¿Se puede decir lo mismo de vosotros, que me tenéis como patrón, inspirador y santo?
Ánimo, que el Señor está con ustedes. No hay tarea más grande, necesaria y bonita que sembrar a Cristo (el Bien en mayúsculas) en el corazón de lo jóvenes.
Así que ¡a sembrar!
"No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien." (Rom 12,21)

 


¿Queréis hacer una cosa buena? Educad la juventud.
¿Queréis hacer una cosa santa? Educad la juventud.
¿Queréis hacer una cosa santísima? Educad la juventud.
Es más, ésta, entre las cosas divinas, es divinísima.
Os quiere, D. Bosco.