¿Que es el Mac?

MAC2


El Movimiento de Acción Cristiana (M.A.C.) tiene su origen en el discurso programático de Jesucristo, plenamente actual, en la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar la libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor (...) Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oir” (Lc. 4, 16-21).

El M.A.C brota en el seno de la Iglesia Católica en el año 1971, como una intuición, don del Espíritu, descubierta por parte del Iniciador, Juan Moreno García, consistente en prestar, desde las claves evangélicas, una atención preferente a unos ambientes de vida, situaciones humanas y edades determinadas.

El M.A.C. surge para dar respuesta a sectores de población especialmente necesitados, “...ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los más necesitados. Así no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros” (1 Cor. 12, 24). Concretamente, tiene su razón de ser de forma preferente en uno de los ámbitos de atención señalados por el Papa Juan Pablo II en los que la Iglesia está invitada a “servir a los hombres”: La caridad, alma y apoyo de la solidaridad (Christifideles Laici. Sobre la Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el mundo). El M.A.C. quiere ser presencia e instrumento evangelizador entre los niños y jóvenes de barrios populares y zonas marginales. Se trata de aquellos lugares en los que deberían hacerse realidad las palabras de Jesucristo: “A los pobres se les anuncia la Buena Noticia” (Lc 7, 22).

Según la parábola evangélica, el “dueño de casa” llama a los obreros a su viña a distintas horas de la jornada: el M.A.C. quiere ser mediación de Dios para invitar a los obreros preferentemente en la mañana –la infancia-, a la tercera hora –la adolescencia- y a la sexta hora–la juventud-, según la interpretación de San Gregorio Magno que identificaba las diversas horas de la llamada en relación a las edades de la vida.

Desde el M.A.C. los niños y jóvenes no se consideran únicamente objeto de evangelización, sino que existe un reconocimiento de los mismos como verdaderos sujetos activos, como auténticos apóstoles, protagonistas de la evangelización, principalmente a otros niños y a otros jóvenes (confr. Apostolicam actuositatem, sobre el apostolado de los seglares, art. 12). Porque en el caso de los primeros,“de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 19, 13-15; Mc 10,14) “y quien reciba incluso a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe” (Mt. 18, 3-5; Lc. 9,48), y en el caso de los segundos “habéis vencido al maligno,...,habéis conocido al Padre,..., sois fuertes y la palabra de Dios habita en vosotros” (1 Jn. 2, 13ss), y “Jesús lo miró, sintió cariño por él y le dijo sólo te falta una cosa....ven y sígueme” (Mc 10, 21).

El M.A.C. no puede olvidar la ingente misión de llevar el Evangelio a cuantos no conocen aún a Jesucristo, especialmente los más pobres. Asume el mandato del Señor “Id por todo el mundo” mediante una presencia activa en tierras de misión, a través de personas consagradas dispuestas a abandonar su ambiente de vida, su trabajo, su región o patria, y responsabilizándose de favorecer el surgir y madurar de nuevas vocaciones específicamente misioneras.

Este carisma, simple y sencillo, gracia del Espíritu Santo, que se concedió a una persona concreta en los inicios, es participado por cuantos hemos consagrado nuestra vida en el M.A.C., y de este modo, se continúa en el tiempo como viva y preciosa herencia.

El M.A.C. como asociación de cristianos que se siente comunidad evangelizada que se deja construir y alimentar por el Evangelio de Jesucristo y los Sacramentos, quiere vivir en unión fraterna: “Que todos sean uno, como tú Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn. 17, 21) y quiere ser también comunidad evangelizadora que da testimonio de las maravillas de Dios y reflejo de la caridad para con los más alejados, preferentemente niños y jóvenes de barrios populares y zonas marginales.

El M.A.C. debe verse renovado a cada momento por obra del Espíritu Santo, ya que ello permitirá que el movimiento se actualice, para acomodarse y dar respuesta a los nuevos contextos humanos y eclesiales, fundamentalmente en al ámbito infantil y juvenil. Desde estas claves deben leerse las siguientes ideas.

Para este Movimiento existen unos primeros Estatutos aprobados por el entonces Ordinario del lugar con fecha 4 de abril de 1990, reconociéndose como Asociación Pública de Fieles, a tenor del canon 301, 3, del vigente Código de Derecho Canónico.

 

Estamos C/ Fuente del Moro n° 4. Dos hermanas. 29003 Málaga