ࡱ> GJF} F6bjbj55 8D__F.)))))====Y=8uuuuu+!#\)))uu )u)urTu`/=R0`)$)$)$))$ : Tema 1: La persona en el matrimonio La persona, ser sexuado y abierto a los dems: La persona, para serlo plenamente, necesita encontrar su propia identidad: Quin soy?; el sentido de su vida: para qu vivo?, Cul es mi papel en el mundo?; y su destino ltimo: a dnde voy? Son preguntas radicales y exigentes, ante las que muchas veces tratamos de evadirnos aceptando respuestas hechas, ofrecidas a travs de una ambigua y difusa opinin general que invita a no complicarse la vida, a buscar el disfrute de las cosas y las personas, a aceptar un pluralismo en el que todas las posturas resultan equivalentes, renunciando a las bsqueda de cualquier criterio de verdad objetiva, a huir de cualquier tipo de compromiso definitivo a cambio de experiencias limitadas fcilmente abandonables. Frente a todo ello, hay que mantener la necesidad, aunque cueste, de buscar y profundizar honestamente en respuestas personales a los interrogantes bsicos de nuestra vida. Tomarla en serio, decidir desde dentro de nosotros, sin dejarnos dirigir desde fuera, descubrindonos en lo que tenemos de limitados y en lo que tenemos tambin de nicos e irrepetibles. La persona, al descubrirse a s misma y a quienes la rodea, se percibe inacabada, incompleta, limitada, diferente de los otros y necesitada de sus semejantes. Esta realidad, que podra resultar negativa, no lo es, significa, en el fondo, que la persona est abierta a los dems y que en esa apertura a los dems es capaz de enriquecerse. No puede vivir sola, porque necesita de los otros, ni conviene que viva sola, porque en los dems est su mayor riqueza. De la manera en que cada persona se plantee esta relacin depender su propia maduracin y destino: podr estar con o frente a los dems, aislarse o abrirse, dar o solo esperar recibir, etc. Ser diferente de los dems y tomar conciencia de ello puede ser a veces fuente de sufrimientos e inseguridades, pero es tambin la cualidad que nos constituye en personas nicas e irrepetibles. Entre las diferencias, hay una que interesa especialmente: la que proviene de sexo. En nuestra experiencia de relaciones con los dems nos descubrimos hombres o mujeres. Somos seres esencialmente iguales y, sin embargo, diferentes. Pretender eliminar esta diferencia o hacer de ella un motivo de enfrentamiento solo conduce a destruir la posibilidad de complementarnos mutuamente. Esta diferenciacin no solo es fsica, pues la sexualidad llega hasta lo ms profundo del espritu humano. Pensamos, sentimos y actuamos como hombres o como mujeres a los largo de nuestra existencia, sin poder sustraernos de ello. Se hace posible as la complementariedad y el logro de la ms perfecta comunicacin mediante la unin de ambos. El amor como exigencia del desarrollo humano: Nuestra relacin con los dems adopta formas diversas, porque en la vida hay como dos etapas. En la primera, tpicamente infantil, a travs de la relacin con los otros la persona pide atencin, ayuda cuidado; se busca, en suma, ser amado. En la segunda, de adulto, se pasa a dar de s mismo, a ofrecer, ayudar a los otros. Si en la primera la satisfaccin consiste en recibir, en la segunda consiste en dar. Avanzar de una etapa a otra: en eso consiste el desarrollo y la madurez humana. Es un proceso largo, pero que puede quedar bloqueado desde el principio si nunca se llega a salir de la etapa infantil. Aunque toda la vida nos acompaar muy en el fondo, una pequeita parte de esa etapa. Desde este punto de vista, el amor no es slo algo que queda en la esfera de lo sentimental, no es slo un sentimiento. El amor es, sobre todo, una facultad, una capacidad de salir de s, de dar y de darse a los dems. En este amor-donacin la persona muestra su madurez. La mxima felicidad del que ama es buscar activamente el bien de aquellos a quienes se ama. Esto llena a l ser humano de satisfaccin, da sentido a su vida y le hace sentirse persona. El desarrollo de la persona no termina cuando se supera en principio la etapa que hemos llamado infantil. La madurez personal debe continuar, avanzar en un proceso de crecimiento constante: siempre se puede ser ms persona porque siempre se puede amar con ms intensidad y ms plenitud. Sin embargo, no podemos pensar que todo se reduce a un problema individual: como si fuera slo una cuestin de voluntad de la persona. Hay situaciones humanas y sociales que impiden o dificultan en grado sumo un desarrollo humano normal; como por ejemplo cuando se vive en un ambiente continuado de violencia, explotacin, confrontacin, soledad, etc. Muy especialmente, si en los primeros aos de la vida se vive en el seno de familias inestables, rotas, irregulares, en las que sus miembros adultos no han llegado a madurar y no encuentran amor, a menudo, por su incapacidad de darlo. Tambin pude decirse que si nunca nos hemos sentido amados por nadie, nos resultar ms difcil llegar a mar algn da a los dems. As mismo, la maduracin de la persona en el sentido expuesto puede verse gravemente condicionada por un ambiente social y cultural que fomente el egosmo, la bsqueda del placer a toda costa, la comodidad, el narcisismo, y rechace cualquier sentido trascendente de la vida que implica esfuerzo, sacrificio, compromiso serio y definitivo. El matrimonio como realizacin del amor humano: Esta capacidad de amar y ser amado tiene su expresin ms plena en la unin estable de un hombre y una mujer. A sta decisin se llega, en ese proceso de maduracin que es el amor, cuando la persona se encuentra capaz de contraer un compromiso de fidelidad con otra de distinto sexo. A partir de ah se opta por construir una existencia en comn, enriquecedora para ambos. Esta unin natural, realizada con y por amor, se perfecciona y consolidad da a da a partir de ese mismo amor. Esta aventura del matrimonio es adems fructificante: los hijos, como fruto del amor, son a la vez fuente de amor. Ellos dan sentido a la vida de ambos e impulsan con ilusin hacia el futuro. Esta unin entre hombre y mujer no puede ser slo un compromiso privado. En el momento de contraer matrimonio, ese compromiso debe hacerse pblico y ser reconocido por la sociedad, que desde ese momento debe amparar y proteger la situacin de los esposos. Del matrimonio se deriva, tanto para la pareja como paro los hijos, una serie de derechos, obligaciones y comportamientos que no pueden ser ignorados por la sociedad. Por tanto, el matrimonio no puede ser slo un asusto privado, sino adems institucin social. Contraer matrimonio, por ser decisin importantsima, requiere la previa maduracin de la persona y una preparacin responsable. Para eso el noviazgo es una experiencia fundamental. Sin madurez, la vida en pareja ser frgil. Puede ocurrir que los mviles que llevaron a cada cual a elegir su pareja y casarse no estn del todo fundamentados en el amor, sino en otras circunstancias: el miedo, la huida de la familia, la necesidad de seguridad, etc. Es importante descubrir lo que aporta a la propia vida y a la propia persona el haberse casado. La situacin, sin duda, ha cambiado. Para bien o para mal? La persona en el matrimonio puede sentirse enriquecida o limitada. Cabe preguntarse: me cas contigo para ser feliz hacindote feliz o para ser yo feliz a tu costa? Factores personales y ambientales que influyen en el matrimonio: Cada persona es diferente de todas las dems, irrepetibles. No existen dos personas iguales, por mucho que se parezcan. Cada uno, adems, puede y debe construir su propio proyecto de vida: ser de acuerdo con lo que l mismo quiere ser. Y, sin embargo, todos estamos condicionados por las circunstancias en que se desarrolla nuestra vida desde que fuimos concebidos hasta nuestro final. Circunstancias familiares: llevamos grabada en nosotros la herencia gentica de nuestros padres, potenciada por la vivencia de nuestra vida familiar de hijos; circunstancias educacionales: segn la educacin que hayamos recibido en el hogar y en los centros educativos a los que hayamos asistido, desde la guardera hasta la universidad; circunstancias sociales: nuestra vida se va desarrollando dentro de determinados marcos de convivencia que no dejan de influir en nuestro propio comportamiento. Cada persona ir moldeando su personalidad en una interaccin permanente entre lo que recibe, el medio en el que se desenvuelve y sus propias decisiones personales. Todas las dimensiones de su vida, incluso la sexual, se vern afectadas por esta complejidad de factores que constantemente inciden en ella. Cuando un hombre y una mujer llegan al matrimonio, son dos vidas personales, con toda la complejidad a la que hemos aludido antes, las que convergen en una vida en comn. Cada cual aporta su personalidad particular, sus peculiaridades propias. De esta diversidad debe nacer un enriquecimiento mutuo. Pero pueden nacer tambin obstculos y dificultades para la vida en comn. En el matrimonio influirn siempre todos estos factores personales que constituyen la historia de cada individuo. Porque nade puede prescindir de su propia historia. La tarea de toda vida matrimonial consiste en armonizar dos formas de ser y de sentir, sin renunciar ninguno de los dos a s mismo, ni forzar al otro o anularlo. El matrimonio debe vivirse de tal forma que potencie el desarrollo personal de cada uno de los cnyuges y, al mismo tiempo, se progrese en unin y compenetracin. Todas las dificultades sern superables si existe un amor profundo, generoso y desinteresado. Pero hemos dicho que los factores externos, las circunstancias, influyen siempre a lo largo de nuestra vida y, por tanto, tambin en la vida de la pareja. En primer lugar, los familiares. Cada cnyuge procede de una familia distinta. Los padres, los hermanos, etc., de uno y de otro pueden entorpecer o favorecer la marcha de nuevo hogar. Y los cnyuges (tambin las familias), tienen que ser muy conscientes de que esta familia nueve debe adquirir su personalidad propia. Sin cerrarse a los parientes ms cercanos, pero manteniendo una cierta distancia con respecto a ellos. Otros influjos marcarn la vida la vida del matrimonio. Por una parte, el ambiente de trabajo, o crculo de amistades, los vecinos, por otra parte, el ambiente general de la sociedad en que vivimos, con sus modas, sus costumbres, sus valores Pero todos estos valores y nuestras propias respuestas dejaran sentir sus efectos, para bien o para mal, sobre la consolidacin o estabilidad matrimonial. Es intil negarlo o querer prescindir de ello. Vivir consciente de la importancia con que los factores personales y ambientales influyen en la pareja es fundamental. No es posible cerrarse a todo ese mundo que nos rodea y que incluso llevamos dentro. Hay que examinar todo ello con espritu crtico y contrarrestarlo con nuestra propia escala de valores. Lo que importa es actuar de tal forma que nuestras decisiones sean realmente propias y nos conducidos por las corrientes imperantes; en definitiva, que nuestra vida personal y de pareja tiene que ser decidida por nosotros mismos y no dirigida desde fuera. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO: Cmo se manifiesta en la vida corriente la necesidad que tenemos de los dems? En qu grado de maduracin humana creemos encontrarnos? por qu? Observamos en nosotros mismos que nos vamos haciendo ms personas o que, por el contrario, la vida nos va haciendo desconfiados escpticos, miedosos, etc.? Qu nos impuls a casa unos de nosotros a elegir al otro como pareja? qu ha representado para la maduracin de cada uno la experiencia de la vida en comn? Cmo creemos que es posible armonizar un matrimonio que sea nuestro y a la vez abierto a los influjos positivos que nos puedan venir desde fuera?  $%Tq 7 8   vȺ|tltlaUlMlhOJQJhOhO5OJQJhO5>*OJQJhOOJQJh|*OJQJh:I(>*CJ OJQJaJ hj9hj9>*CJ OJQJaJ hj9CJOJQJaJh{hj9CJOJQJaJ%Tb8 0yv $`a$gdjZ $ & Fa$gdBE $^a$gdO $h^ha$gdO $ & Fa$gdO$h^`ha$gddz $ & Fa$gdj9$a$gdj9uv!!,#o#p#$$$$&&"'?'''''b(x(y(-y-z-e0ƾྶ{rjbbZbZhn+OJQJhf(OJQJh)OJQJh)6OJQJh_h_OJQJh_6OJQJh_OJQJh?h?5OJQJh?5>*OJQJh?OJQJhBOJQJhjZOJQJhBEhBE5OJQJhBEhBE5>*OJQJhBEOJQJhOJQJhOJQJhf|OJQJ#v!p#$$$y()*z-{133333#4f45 $ & Fa$gd $^a$gd$^`a$gd$^`a$gd_ $^a$gd? $ & Fa$gd? $`a$gdjZe0z1{13333H5I5J58696D6E6F6hOh5OJQJh)h:5OJQJhhOJQJhjWOJQJh5>*OJQJhOJQJhn+OJQJh:OJQJ 5J558696:6;6<6=6>6?6@6A6B6C6D6E6F6 $^a$gdO$^`a$gd_$a$gd $ & Fa$gd6&P 1h:pdz. 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